Historia y Educación

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Estoy casi segura que alguna vez te pasó de poner música, sostener cualquier actividad rutinaria, y en un momento pensar ¿Qué es esto?, y ahí fuiste a decirle a YouTube que vuelva a los temas de tu playlist. A todos nos ha pasado que la reproducción automática termine lanzando cualquier cosa. 

¿PERO QUÉ PASA CUANDO DEJAMOS LOS DIBUJOS ANIMADOS EN MANOS DE LA ALEATORIEDAD?

¿Qué me dirías si te cuento que hay quienes se aprovechan de ésta lógica para fines un poco patológicos?


Quiero destinar este espacio de NewsLetter a este tema, ya que, la infancia de hoy no sólo tiene la escuela y la familia como “educadores”, sino que hay un montón de espacios que hoy se convierten en “formadores” y no sólo refieren a lo formal: las redes, la tele, los juguetes, el cine, los cuentos literarios en tiempos de ocio, actividades extra-escolares, etc. Hoy los niños y las niñas habitan un sin fin de espacios que envían mensajes, juicios, concepciones, y aunque queramos ser los adultos más responsables, muchas veces nos exceden. 

Las plataformas de video han creado alternativas para resguardar a la infancia de contenido inapropiado, creando versiones infantiles de las mísmas, o incluso, aplicando rigurosas pautas de publicación a quienes suben contenido. Así y todo, la manera de filtrar contenido peligroso sigue existiendo. 

Sabemos que no podemos evitar el uso de pantallas en la infancia, de hecho, puede potenciarse para el aprendizaje. El problema en esto, es el tiempo que transcurre sin supervisión y las características de cada plataforma considerando los accesos y los funcionamientos del algoritmo.

Supongamos que comenzamos a ver a la tierna Pepa Pig o la fantástica Elsa de Frozen, inicialmente pasarán capítulos conocidos, retomados de partes de la película, o la serie televisiva. Pero luego de un largo tiempo sin “cambiar”, y dando lugar a la reproducción automática, los rostros de estos personajes van paulatinamente cambiando de rasgos, aparecen otros personajes interviniendo, cambian sus voces e incluso comienzan a realizar acciones exacerbadamente  sexualizadas o violentas.

A veces, también se los posiciona en un video juego generando acciones nunca antes vistas, o peleando entre diferentes personajes conocidos. Esto ocurre también con Paw Patrol, con las letras animadas, la apertura de los huevos sorpresas, etc. 

En una nota de Javier Pastor (2023), informático y periodista tecnológico, el especialista evidencia que la reproducción automática de YouTube Kids puede ser usada para captar la atención de niños y niñas y orientar imperceptiblemente a acciones violentas. En esta nota, se cita el interesante texto de James Bridle ‘Something is wrong on the internet” (Algo anda mal en internet), en donde el autor sostiene desde el 2017 que:

Algo o alguien o cierta combinación de personas y cosas está usando YouTube para asustar, traumatizar y abusar de los niños de forma sistemática, automatizada y masiva” (Bindle, 2017)

Los “por qué” son infinitos, y quizás en muchos de nosotros hasta desconocidos, pero lo cierto es que hay varias cuestiones a reflexionar. Si hay un mercado, es porque hay quienes consumen este tipo de fetiches. Pero por otro lado, debemos entender que aquellos peligros que vemos en la realidad cotidiana encuentran su lugar en internet también, por ejemplo, las cadenas de abuso infantil se encargan de generar etiquetas (#hashtag) que pasen las políticas de privacidad y se cuelen en las listas aleatorias.

En el peor de los casos, luego de muchas horas de reproducción, comienzan a aparecer los videos en los que estos personajes sugieren autolesiones o competencias entre pares. Luego vemos las notas de niños y niñas que realizan acciones “porque fue un desafío que dijo el video”, y quizás no entendemos cómo se llega a eso.

¿CHAU VIDEOS?

No necesariamente. Pero si es importantísimo comenzar a prestar atención a las particularidades de cada plataforma, y entender que en aquellas que ocurre la reproducción automática (YOUTUBE, TIKTOK, REELS DE IG) debe haber una constante atención a lo que se está viendo. También podemos tener en cuenta:

  • Elegir plataformas que no tengan reproducción automática, o que si la tiene podamos saber de ante mano qué capítulos hay (cualquier plataforma de series, por ejemplo)
  • Que el adulto sea el encargado de poner los videos
  • Conversar con ellos/ellas si vieron algo que les dió miedo, pedir que les cuenten, ponerlo en palabras
  • En el caso de usar YouTube elegir canales oficiales de cada dibujito o programa

Y ATENCIÓN, porque lo mismo ocurre con contenido adolescente. 

¿CÓMO CITAR ESTE MATERIAL?

Armas, MC. (2023). PELIGRO A LA CARTA. Sección Newsletter JULIO 2023 – ¡Vení que te cuento!. En web: https://historiayeducacion.com/ (Y fecha en que has consultado la web)

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