Historia y Educación

Hace unos meses comencé a trabajar tres tardes de la semana en una panadería boutique de panes de masa madre en Madrid. Decidí hacerlo para complementar los ingresos que voy teniendo en los diferentes proyectos como autónoma.

Como algunas tardes me cuesta un poco porque me encantaría hacer 24/7 proyectos para infancia, decidí compartir algunas historias que pasan del otro lado del mostrador y que de alguna manera me acercan a lo que amo hacer: trabajar para una infancia plena y acompañar a familias y educadores ( y adultos en general) a entender cómo se ve y cómo se vive ese mundo desde la infancia. 

No porque me crea una niña, ni tampoco porque me crea una adulta perfecta, sino porque me gusta observar curiosamente -y modestia aparte, soy muy buena observadora- e intentar anticipar algunos patrones que repetimos en la adultez y quizás debamos revisar. 

Con ustedes damas y caballeros, les presento la nueva columna semanal de Historia y Educación: HISTORIAS CON OLOR A PAN. Notas para adultos que quieran una infancia feliz.

…..

¡LES PRESENTO LA ÚLTIMA RECIÉN SALIDA DEL HORNO!

ACLARACIÓN IMPORTANTÍSIMA ANTES DE SEGUIR LEYENDO:

Quiero que conste que estos relatos no son para “retar” o “condenar” a los papás. Habrá otras historias que tratarán de otros vínculos Además yo como adulta muchas veces he metido la pata con mis sobrinas, incluso se el cansancio que genera en la vida cotidiana la crianza y todo lo que conlleva. Pero cuando uno observa de afuera es más fácil desnaturalizar frases o modos de vincularse en la crianza, que quizás hacerlos evidentes puede ayudar a que pensemos más las formas de acercarnos a la infancia.





¡VENÍ QUE TE CUENTO!

Suscribite a la Newsletter de Historia y Educación que te sirve para tu día a día y abre una ventana al mundo.

¡No hacemos spam!